Con palas en mano y la consigna “¡Manos a la tierra y corazón al bosque!”, más de cien voluntarios dieron vida este sábado a un nuevo tramo del Bosque Miyawaki Domingo Savio, un proyecto de la Fundación Loyola 79 y la Unidad Ejecutora para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE) que marcará el inicio de la reforestación en la margen occidental del río Ozama.
La jornada, celebrada en el marco del Día Mundial del Medioambiente, arrancó a las 9:00 a. m. con la bienvenida de la maestra de ceremonias, quien subrayó que “más que sembrar árboles, estamos sembrando compromiso, conciencia y futuro”. Tras la bendición del espacio a cargo de Peter Garrido, miembro de la fundación, las autoridades invitaron a la ciudadanía a participar en un proceso que transformará un antiguo vertedero informal en un pulmón verde para las comunidades de La Ciénaga, Los Guandules y Domingo Savio.












2,300 nuevas raíces nativas
Siguiendo el diseño de microbosques intensivos “Miyawaki”, se plantaron 2 300 ejemplares de especies nativas y endémicas —entre ellas cañafístola, roble prieto, uva de sierra, ceiba y yagrumo— con la asistencia técnica del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La iniciativa forma parte de un plan más amplio que contempla la cobertura vegetal de toda la ribera occidental del Ozama, históricamente castigada por la contaminación.
Voces institucionales
- Rocío Vidal Carballo, coordinadora general de URBE, destacó que esta acción “convierte en realidad la promesa de integrar naturaleza y ciudad” al tiempo que mejora la resiliencia climática de los barrios ribereños.
- Andrés Zaglul Criado, vicepresidente de la Fundación Loyola 79, recordó que la entidad “nació para dignificar estos espacios” y llamó a los vecinos a apropiarse de los nuevos árboles: “Cada planta que cuidemos hoy será sombra, oxígeno y orgullo mañana”.
- Yolanda de la Rosa, desde la Alcaldía del Distrito Nacional, reafirmó el respaldo municipal y anunció la recolección sistemática de residuos para evitar que la basura vuelva a la zona restaurada.
Aliados y logística
A la jornada se sumaron brigadas de la Armada Dominicana, la Policía Nacional, parroquias católicas y congregaciones evangélicas, así como organizaciones comunitarias y fundaciones como Tropigas y Clean Rivers, que aportaron hidratación, herramientas y redes de limpieza. El Ayuntamiento retiró previamente desechos sólidos ilegalmente, dejando el espacio listo para la plantación.
Próximos pasos
El proyecto contempla monitoreo mensual de supervivencia, riego comunitario y la instalación de señalética ambiental. Además, se prevé ampliar el corredor ecológico hasta la desembocadura del Ozama, conectándolo con futuros parques lineales y áreas recreativas.
“Estamos apostando por un modelo donde la ciudadanía sea guardiana de su río”, concluyó Christian Garrido, coordinador del Gabinete Ozama–Isabela del Ministerio de Medio Ambiente. Con el primer tramo verde ya enraizado, la meta de reverdecer la ribera occidental del Ozama deja de ser un plan sobre el papel para convertirse en una realidad visible, respirable y, sobre todo, compartida.
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